martes, octubre 04, 2005

GAROÑA SUFRIÓ EN MAYO UNA PARADA FORZOSA POR UNA FUGA DE AGUA DEL SISTEMA DE INYECCIÓN DE REFRIGERANTE

 

COMUNICADO DE PRENSA

3 de octubre de 2005

 

El Consejo de Seguridad Nuclear lo reconoce ahora

 

GAROÑA SUFRIÓ EN MAYO UNA PARADA FORZOSA POR UNA FUGA DE AGUA DEL SISTEMA DE INYECCIÓN DE REFRIGERANTE

 

Greenpeace denuncia el secretismo de Nuclenor, que silenció este suceso, ocurrido tan sólo mes y medio después de finalizar la parada de recarga

 

El pasado 26 de mayo, la central nuclear de Santa Mª de Garoña (Burgos) sufrió una parada forzosa para tratar de localizar una fuga de agua al pozo seco del reactor que venía produciéndose al menos desde el 14 de mayo y cuya evolución iba empeorando significativamente día tras día. Este nuevo problema en el reactor de Garoña se produjo tan sólo mes y medio después de la última parada de recarga de la central.

 

Tras más de 3 meses en espera de una contestación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), este Organismo respondió a una carta de Greenpeace del pasado 2 de junio solicitando información al respecto de este problema. El CSN ha reconocido estos hechos, que son una prueba más del pésimo estado de seguridad en que se encuentra esta central nuclear.

 

Greenpeace critica el secretismo de Nuclenor, propietaria de Garoña, que silenció ante la opinión pública este hecho, ocultando además el pronunciado deterioro que sufre la central tanto en la vasija del reactor como en otros sistemas importantes para la seguridad. Asimismo, Greenpeace considera lamentable que el CSN no informara al público en su momento sobre esta parada forzosa de Garoña, así como la tardanza en contestar la solicitud de información de Greenpeace.

 

El CSN reconoce en su carta que, a partir del día 14 de mayo, se detectó " un aumento significativo del caudal [de agua] a sumidero de suelos [del pozo seco del reactor]", lo que obligó a Nuclenor a realizar durante varios días una serie de pruebas para tratar de localizar la procedencia de las fugas, cuyo nivel seguía incrementándose acercándose paulatinamente al limite permitido por las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento de la central. Dada la situación, Nuclenor se vio obligada a comunicar el día 20 de mayo al CSN que debía realizar una parada forzosa del reactor con el fin de localizar y reparar la fuga, tal y como reconoce el CSN en su escrito a Greenpeace.

 

La fuga procedería del Sistema de Inyección de Refrigerante de Alta Presión (HPCI), un sistema de seguridad de la central cuya relevante función es la de inyectar refrigerante a alta presión a la vasija del combustible nuclear en situaciones de emergencia en las que se produce una reducción accidental del volumen normal del refrigerante del núcleo de uranio del reactor. El correcto funcionamiento del sistema HPCI es, por tanto, fundamental para tratar de evitar un grave accidente, ya que la pérdida de refrigerante es una de las peores situaciones que pueden ocurrir en una central nuclear.

 

Para Greenpeace, este suceso es otra prueba más del funcionamiento peligroso de la central nuclear de Garoña. Ésta sufre además un imparable proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a componentes de la vasija del reactor, fundamentales para la seguridad. A finales de 2003, responsables del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, reconocieron esta situación.   Greenpeace exige al Gobierno socialista que ordene el cierre inmediato y definitivo de la central nuclear de Garoña y se proceda a su total desmantelamiento.